Esta es una denuncia de una problemática que lleva muchos años sin un
control riguroso de parte de las autoridades, se trata de las licencias de
conducción tramitadas en
Colombia y la flexibilidad con que se expiden
estas.
Este
es un negocio que presenta unos elevados índices de corrupción y es manejado
por las diferentes escuelas de conducción y centros de reconocimiento del todo
el país La ciudad de Barranquilla no es ajena a esta problemática, se desconoce
el número exacto de conductores que transitan por las calles de la ciudad que
no hayan pasado por los debidos controles, tanto físicos, como psicológicos y
todos los demás requerimientos que exige la ley para afrontar una responsabilidad
como la que significa estar al frente de un volante.
Lo que no hay que perder
de vista es que son vidas las que se encuentran en riesgo por culpa de la
ligereza y flexibilidad con que se manejan estos tramites. Resulta imposible
contabilizar la influencia de este fenómeno en los índices de accidentalidad.
Esto genera dos interrogantes puntuales: ¿Cualquiera puede acceder a una
licencia de conducción? ¿Qué podemos esperar con relación a los conductores que
transitan por nuestras calles?
Osvaldo
Reales, gerente y propietario de la escuela de automovilismo As Reales,
reconoce que es una problemática de índole nacional y que hay que tomar los
correctivos necesarios. “Las escuelas no
están autorizadas para tramitar licencias, este es un documento personal. Las
escuelas están para la capacitación en
términos de normas de tránsito y sistema vial. El gobierno no ha sido tan
severo con las escuelas como debería ser. De las 500 escuelas que existen en el
país solo 50 escuelas están habilitadas porque cumplen los requisitos legales,
sin embargo las escuelas que no cumplen con los requisitos exigidos por el
ministerio de transporte y la concesión RUNT siguen funcionando”.
Las
estadísticas en cuanto a accidentes de tránsito se refiere en Barranquilla son
alarmantes, al parecer los conductores aun no han entendió que manejar un
vehículo puede ser tan peligroso como portar un arma de fuego y no saberla
utilizar. Cuando las personas se encuentran frente a un vehículo sin tener las
capacidades y aptitudes físicas para maniobrarlo no solo está poniendo en
peligro su vida, sino la de los demás. No obstante también se encuentran
aquellas personas que reúnen todas los requerimientos físicos y mentales para
maniobrar un vehículo, pero se olvidan de respetar y hacer valor el código de
normas y transito que exige la ley debe ser cumplido por cada individuo que se
disponga a manejar un vehículo en cualquiera de sus categorías.
Casos como
estos se han visto recientemente en la ciudad de Barranquilla, cuando el senador
de la república, Eduardo Merlano, se negó a realizarse la prueba de la
alcoholemia en uno de los controles que realiza la policía Metropolitana de
Barranquilla, también se presume que Merlano se encontraba manejando sin
licencia de conducción.
Mediante el siguiente
video de seguridad se puede observar claramente que el senador negó haber
consumido alcohol y recurre a su cargo para no someterse a la prueba de
alcoholemia. Esto genero gran indignación en la ciudadanía que exige la
renuncia del senador, y piden que se respeten las normas de transito sin
importar la condición, a través de las redes sociales se exige que Eduardo
Merlano sea sancionado. ( http://www.youtube.com/watch?v=AxqOMxCNm7Y )
Decidimos
investigar a cerca de las causas que ocasionan el número alarmante de
accidentes en el país, y ver quiénes son los verdaderos responsables de la falta
de capacitación y responsabilidad en los conductores.
Si
es cierto que son las escuelas de automovilismo quienes no cumplen con su
deber, de capacitar en código y normas de transito, así mismo de vender el
certificado de escuela (documento que certifica que una persona sabe conducir)
a personas que no han tomado el curso de conducción y solo desean comprar la licencia de conducción.
O si por el contrario la culpa recae sobre los conductores que están tan
desesperados por manejar sus vehículos, que no quieren invertir tiempo en
capacitarse como es debido antes de poner en marcha un vehículo. Al parecer
mucho de estos conductores no ha tomado conciencia del peligro al que se
enfrentan en el momento de maniobrar un vehículo, mucho toman conciencia de
esto solo por sus imprudencias terminan cobrando víctimas inocentes, o como le
sucedió a Néstor Quiroz, termina siendo víctima de su propio invento.
Los
accidentes siguen aumentando a lo largo y ancho del país, mientras que el Gobierno
Nacional anuncia un cambio legal con respecto al Código Nacional de Tránsito,
donde se vuelven a dividir las responsabilidades: el Estado retomará la función
de evaluar y certificar, y las escuelas simplemente entrarán a capacitar a los
usuarios como es debido.
Pero
nos queda la incertidumbre de saber ¿Cómo el gobierno realizara un cambio legal
que permita garantizar la seguridad en las calles y velar por una responsable
capacitación de las escuelas de conducción hacia sus aspirantes, si los hacedores
de las leyes dejan ver con episodios como los del senador Eduardo Merlano, que
son los primeros en incumplir las normas y se refugian en el tráfico de
influencias para evitar ser suspendidos como la ley dicta.
Por el momento, a todos los transeúntes solo
les queda esperar que lleguen los cambios y que se aplique el rigor necesario a
la hora de expedir las licencias de conducción, como en todos los países
organizados, donde obtener la licencia, más que un derecho, es un privilegio
que se gana por mérito. Mientras se realizan las reformas necesarias seguimos
siendo víctima de accidentes y observando cómo quienes infringen las normas de
conducción siguen paseándose por las calles en medio de la impunidad.
Realizado
por: Luz kelly Campos, Juan Gaviria, Yuleidys Lengua, Alejandra Rosania y Karen
Rodríguez.
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