martes, 5 de junio de 2012

LA MAFIA DE LAS LICENCIAS DE CONDUCCION.


Esta es una denuncia de una  problemática que lleva muchos años sin un control riguroso de parte de las autoridades, se trata de las licencias de conducción  tramitadas en Colombia y la flexibilidad con que se expiden estas.

Este es un negocio que presenta unos elevados índices de corrupción y es manejado por las diferentes escuelas de conducción y centros de reconocimiento del todo el país La ciudad de Barranquilla no es ajena a esta problemática, se desconoce el número exacto de conductores que transitan por las calles de la ciudad que no hayan pasado por los debidos controles, tanto físicos, como psicológicos y todos los demás requerimientos que exige la ley para afrontar una responsabilidad como la que significa estar al frente de un volante. 

Lo que no hay que perder de vista es que son vidas las que se encuentran en riesgo por culpa de la ligereza y flexibilidad con que se manejan estos tramites. Resulta imposible contabilizar la influencia de este fenómeno en los índices de accidentalidad. Esto genera dos interrogantes puntuales: ¿Cualquiera puede acceder a una licencia de conducción? ¿Qué podemos esperar con relación a los conductores que transitan por nuestras calles?

Osvaldo Reales, gerente y propietario de la escuela de automovilismo As Reales, reconoce que es una problemática de índole nacional y que hay que tomar los correctivos necesarios. “Las escuelas no están autorizadas para tramitar licencias, este es un documento personal. Las escuelas están para la  capacitación en términos de normas de tránsito y sistema vial. El gobierno no ha sido tan severo con las escuelas como debería ser. De las 500 escuelas que existen en el país solo 50 escuelas están habilitadas porque cumplen los requisitos legales, sin embargo las escuelas que no cumplen con los requisitos exigidos por el ministerio de transporte y la concesión RUNT siguen funcionando”.

Las estadísticas en cuanto a accidentes de tránsito se refiere en Barranquilla son alarmantes, al parecer los conductores aun no han entendió que manejar un vehículo puede ser tan peligroso como portar un arma de fuego y no saberla utilizar. Cuando las personas se encuentran frente a un vehículo sin tener las capacidades y aptitudes físicas para maniobrarlo no solo está poniendo en peligro su vida, sino la de los demás. No obstante también se encuentran aquellas personas que reúnen todas los requerimientos físicos y mentales para maniobrar un vehículo, pero se olvidan de respetar y hacer valor el código de normas y transito que exige la ley debe ser cumplido por cada individuo que se disponga a manejar un vehículo en cualquiera de sus categorías.

 Casos como estos se han visto recientemente en la ciudad de Barranquilla, cuando el senador de la república, Eduardo Merlano, se negó a realizarse la prueba de la alcoholemia en uno de los controles que realiza la policía Metropolitana de Barranquilla, también se presume que Merlano se encontraba manejando sin licencia de conducción.

  Mediante el siguiente video de seguridad se puede observar claramente que el senador negó haber consumido alcohol y recurre a su cargo para no someterse a la prueba de alcoholemia. Esto genero gran indignación en la ciudadanía que exige la renuncia del senador, y piden que se respeten las normas de transito sin importar la condición, a través de las redes sociales se exige que Eduardo Merlano sea sancionado. ( http://www.youtube.com/watch?v=AxqOMxCNm7Y )

Decidimos investigar a cerca de las causas que ocasionan el número alarmante de accidentes en el país, y ver quiénes son los verdaderos responsables de la falta de capacitación y responsabilidad en los  conductores.

Si es cierto que son las escuelas de automovilismo quienes no cumplen con su deber, de capacitar en código y normas de transito, así mismo de vender el certificado de escuela (documento que certifica que una persona sabe conducir) a personas que no han tomado el curso de conducción y  solo desean comprar la licencia de conducción. O si por el contrario la culpa recae sobre los conductores que están tan desesperados por manejar sus vehículos, que no quieren invertir tiempo en capacitarse como es debido antes de poner en marcha un vehículo. Al parecer mucho de estos conductores no ha tomado conciencia del peligro al que se enfrentan en el momento de maniobrar un vehículo, mucho toman conciencia de esto solo por sus imprudencias terminan cobrando víctimas inocentes, o como le sucedió a Néstor Quiroz, termina siendo víctima de su propio invento. 

Los accidentes siguen aumentando a lo largo y ancho del país, mientras que el Gobierno Nacional anuncia un cambio legal con respecto al Código Nacional de Tránsito, donde se vuelven a dividir las responsabilidades: el Estado retomará la función de evaluar y certificar, y las escuelas simplemente entrarán a capacitar a los usuarios como es debido.

Pero nos queda la incertidumbre de saber ¿Cómo el gobierno realizara un cambio legal que permita garantizar la seguridad en las calles y velar por una responsable capacitación de las escuelas de conducción hacia sus aspirantes, si los hacedores de las leyes dejan ver con episodios como los del senador Eduardo Merlano, que son los primeros en incumplir las normas y se refugian en el tráfico de influencias para evitar ser suspendidos como la ley dicta.
 Por el momento, a todos los transeúntes solo les queda esperar que lleguen los cambios y que se aplique el rigor necesario a la hora de expedir las licencias de conducción, como en todos los países organizados, donde obtener la licencia, más que un derecho, es un privilegio que se gana por mérito. Mientras se realizan las reformas necesarias seguimos siendo víctima de accidentes y observando cómo quienes infringen las normas de conducción siguen paseándose por las calles en medio de la impunidad.

Realizado por: Luz kelly Campos, Juan Gaviria, Yuleidys Lengua, Alejandra Rosania y Karen Rodríguez.





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